En Sevilla se ha inaugurado una calle con el nombre de "Avenida de la astronomía". Hasta aquí bien.
Pero claro, como en toda inauguración de calle, se necesita de un alcalde que haga un discursito. Y el alcalde de Sevilla no fue menos.
Escuchen...
Y ahora se lo pongo a ustedes por escrito por si no lo han pillado bien...
"Es muy bueno que haya astrónomos. Estamos en la Avenida de la Astronomía. Está bien que haya astrólogos, pero es fundamental que haya astronautas. Porque ¿qué sería de nosotros los astronautas si no nos dijeran los astrólogos o los astrónomos cómo son las cosas? ¿Qué nos podemos encontrar allí, en el más allá? ¿O qué podemos hacer, o qué podríamos desarrollar nosotros, los que estamos allí, los que nos pisamos el suelo de la realidad de las cosas? ¿Qué sería de nosotros si no existieran los astrónomos y los astrólogos? pero ¿qué sería de todos nosotros sin la tarea de los astronautas?"
Vamos a ver Sr. alcalde, por lo menos podria de prepararse el discursito de forma que lo que dice sea coherente y no dedicarse a hacer el numerito diciendo gilipolleces.
Claro, que viendo el precio de la gilipollez en este país, es normal que cada vez haya más elementos (por llamarles de alguna forma) que se dediquen a este precioso arte; miren sino a todos los que salen en los programas llamados "del corazón".
martes, 22 de mayo de 2007
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